Desenfreno

Era una de esas noches que para hacer olvidar la frustración de la soledad, de la tristeza de la decepción era necesario desahogarse y la única manera que conocía para hacerlo era darse a los placeres de la noche dejándose arrastrar por el incesante abrazo del pecado. La lujuria, la envidia y la ira serian mis abanderadas esta noche en la cual demostraría la incesante determinación que pueden manifestar aquellas personas por las que por falta de fe o simplemente de confianza se dejan arrastrar hasta el averno...  de donde difícilmente podrán salir alguna vez.


1 comentario:

  1. Comento sólo en esta entrada, pero quiero felicitarte por esta y por Memorias de un príncipe atormentado (1). Ambas me han gustado mucho, seguramente el Lunes te proponga algo que puede que te guste. L.C.D.S.

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