Ya ruge la batalla.


Los generales daban las últimas indicaciones a sus soldados, sabían que seria una cruenta batalla y estaban preparados para lo peor pero aun así estaban realmente convencidos de su victoria.

Era un gran ejercito, el mayor jamás visto, estaba formado por personas corrientes con un entrenamiento casi nulo en el arte de la Guerra y en su inmensa mayoría sería la primera vez que vistiesen una armadura. Pero estos combatientes tenían algo que les distinguía de cualquier ejército enemigo… Una fiereza y nobleza temible.
El líder de este glorioso ejército había conseguido que sus combatientes depositaran su fe plenamente en su causa, algo realmente difícil  teniendo en cuenta el halo de misterio que lo rodeaba. Ningún soldado jamás lo había visto, ni tan siquiera conocían su nombre pero sus emisarios consiguieron algo inaudito al hacerles sentir el mismo ímpetu que poseía su extraño Líder.

Se rumoreaba que tan solo dos individuos en este extraño mundo eran sabedores del secreto del nombre del extraño líder…. Y que aquellas dos personas tiempo atrás estuvieron muy unidas… tan unidas que eran parte de un mismo ser... ahora esas personas eran sus mas acérrimos enemigos…

Los cuernos de batalla rugieron, indicando el comienzo del largo camino que tenia que tomar el ejercito hasta llegar a su objetivo…  La Gran batalla.

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